domingo, 9 de febrero de 2014

Industria inalámbrica y corrupción política




El  pasado 3 de Noviembre, Franz Adlkofer, primer director ejecutivo de la Fundación VERUM para el Comportamiento y el Entorno, expusó en la Escula de Derecho de Harvards, dentro de una serie de lecciones y eventos organizados por el Centro de Ética Edmond J. Safra.

En su charla, “La protección contra la radiación está en conflicto con la ciencia”, Adlkofer discute las dificultades a las que otros científicos y él mismo se enfrentan cuando presentan su trabajo de investigación sobre los efectos cancerígenos que generan los campos electromagnéticos provenientes de teléfonos móviles. También debatió sobre la corrupción institucional que, dice, obstruye sus investigaciones.



Adlkofer describió su experiencia con el estudio REFLEX finanaciado por la Unión Europea, el cual anima a explorar los efectos de la radiación de teléfonos móviles en el cerebro. Las conclusiones del estudio demuestran que la radiación de baja frecuencia, así como las radiofrecuencias de campos electromagnéticos que se hallan por debajo de los niveles de exposición legalmente permitidos, generan potenciales daños genéticos.
En 2004, poco después de publicar esos hallazgos, Adlkofer fue blanco de alegaciones que cuestionaban la validez de sus descubrimientos, acusándole incluso de fraude. Mientras un panel ético desconsideró esas acusaciones, su lucha contra la difamación continúa.
En Mayo de 2011, la Agencia Internacional para la investigación del cáncer clasificó los campos electromagnéticos de alta frecuencia, incluidos los de la radiación de teléfonos móviles, como meramente “posible cancerígeno” en humanos. Adlkofer señaló que estudios como el REFLEX no fueron tenidos en consideración para esa clasificación. De haberlo sido, la clasificación más probable  hubiera sido modificada de “posible cancerígeno” a “probable cancerígeno”.



“Las prácticas de corrupción institucional en el área de la comunicación inalámbrica son de enorme preocupación”, dijo Adlkofer, “si uno considera el todavía incierto resultado de la investigación actual en este campo de estudio compuesto de cinco billones de participantes. Debido los reportajes, triviales y no justificados, que han sido distribuidos por los medios de comunicación de masas y por orden de la industria de comunicación inalámbrica, el público general no puede entender que su bienestar futuro y su salud están en riesgo. La gente incluso desconfía de los científicos que advierten sobre ello. Un principio básico de la democracia es que por encima del poder económico y sus dueños están las leyes, las normas, las normativas. Desde el momento en que en el área de la comunicación inalámbrica este principio ha sido severamente violado, debemos insistir en su cumpliento en interés de las sociedades democráticas.

Podéis ver la charla en la Escuela de Derecho de Harvard de Adlkofer AQUÍ
(Noticia recogida de la web de Avaate)

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